martes, 12 de julio de 2011

Desaparición misteriosa del oro americano

Cuando los conquistadores españoles comenzaron a cruzar el Atlántico en busca de las legendarias ciudades de oro, sabían perfectamente bien que si consiquieran, serían no sólo famosos por su descubrimiento, pero también extraordinariamente ricos. Hoy en día, las ciudades de oro también existen. Profundos búnkeres subterráneos con paredes de un metro de espesor y salas con una superficie de más de unos pocos campos de fútbol interconectados. En el interior, formando columnas de suelo a techo, se apilan una sobre otra las barras de oro. Estas ciudades de oro se encuentran en varios lugares del mundo. La ubicación de algunos de ellos son evidentes y oficiales. La existencia de otros está conocida solamente por un grupo de individuos seleccionados. 

Cuando un investigador curioso mira con atención el tema de oro, contará que, a pesar de que casi medio milenio ha transcurrido desde el momento cuando los conquistadores recorrían la selva amazónica, este metal precioso sigue provocando guerras, mentiras, acusaciónes y matanzas. Esta lucha es un juego muy serio, con la participación de la los gobiernos de los estados más poderosos del mundo, sus servicios especiales, medios de comunicación, bancos y empresas. Y también, escondidos de todo el mundo, grupos de influencia. 

La guerra en Libia está avanzando. Los medios de comunicación anunciaron que su principal razón habiá sido la intervención armada de Muammar Gaddafi contra los rebeldes. Es la versión oficial. ¿Y cómo fue realmente? Hay varias teorías y sospechos: deseos de tener acceso a los recursos de petróleo de Libia, defensa de los intereses de las compañías occidentales que habían invertido enormes cantidades de dinero en Libia, o, por último, el objetivo de deshacerse de tan inconveniente para muchas personas Muammar Gaddafi, que fue capaz de chantajear hasta a Nicolas Sarkozy, con el argumento de que él había financiado su campaña electoral. Pero tal vez será que hay otra razón – un poquito más sorprendente. Como anunció el 22 de marzo de 2011 la estación de televisión alemana Deutsche Welle, Libia tuvo una de las mayores reservas de oro del mundo. Muammar Kaddafi consiguió acumular más de 150 toneladas de este metal precioso. ¿Todavía tiene de ellos? 

Los rusos, los alemanes y los chinos criticaron la guerra en Libia. Cada uno de ellos tiene una gran cantidad de reservas de oro y sus economías dependen fuertemente de las exportaciones. A todos ellos les importa que la moneda que les pagan valiera lo más posible. Por lo tanto, la situación en que el dólar vale menos, puede tener consecuencias catastróficas para ellos. ¿Pero por qué dólares de EE.UU. de repente irían a perder su valor? Este riesgo ha existido durante años en relación con la emisión continua por la Reserva Federal de EE.UU. (FED) del dinero, cuyo valor es cuestionable. Pero no se trata sólo de la propia impresión. La traza parece llevar mucho más profundo. En octubre de 2009, a Hong Kong llegaron las barras adquiridas en la Bolsa de Valores de Londres. Después de examinarlas, se comprobó que las barras eran de tungsteno que estaba cubierto con una fina capa de oro. Lo más interesante es que no era muy difícil localizar su origen. De acuerdo con el número de la serie grabado en las barras, se las había transportado desde el famoso Fort Knox. 

Los informes oficiales muestran que el gobierno de EE.UU. debe tener más de 8000 toneladas de oro. No son, por supuesto, las únicas reservas, ya que bajo su gestión sigue siendo una gran cantidad de reservas de los bancos privados y las instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional. Por lo general el oro se almacena en dos objetos. En una cámara subterránea ubicada en el sótano del Banco de la Reserva Federal de Nueva York y en Fort Knox, Kentucky. Estos lugares son las fortalezas impenetrables, en que les apetecen a muchos ladrones. No es posible forzarlos. 

Desde hace varios años, habían sospechas de que, debido a la capacidad de no ser auditado, el Sistema de Reserva Federal (FED) agotó las reservas de oro de EE.UU. y por eso los tesoros en Nueva York y Fort Knox están vacíos. ¿Es realmente así? La última auditoría se llevó a cabo poco después de la Segunda Guerra Mundial, todavía bajo el presidente Dwight Eisenhower, por lo tanto, la hipótesis sobre la desaparición del oro es difícil de verificar. De acuerdo con algunos informes, las barras de oro dejaron las cajas en los años 60 del siglo XX, durante la presidencia de Lyndon Johnson, que sucedió al asesinado John F. Kennedy. Johnson supuestamente ordenó el transporte de 7 a 8 mil toneladas de oro a Inglaterra. Esta tesis puede ser confirmada por el hecho de que su sucesor, el republicano Richard Nixon, renunció al sistema de Bretton Woods, existente desde el final de la Segunda Guerra Mundial, que se había basado en las reservas de este metal precioso. Otra hipótesis es que sólo en los años 90, bajo el presidente Bill Clinton, las barras fueron sustituidas por las de tungsteno. 

Congreso niega regularmente la posibilidad de auditar las reservas de oro que están bajo la administración de la Reserva Federal. Lo hace a pesar de la creciente presión de la opinión pública y la ley forzada por un senador prominente y candidato a presidente de los Estados Unidos en 2012, Ron Paul. Si el oro está en su lugar, ¿por qué los "guardianes de oro" tiene que temer? Después de todo, una auditoría positiva les quitaría de una vez para siempre los argumentos de Paul y sus secuaces. 

Al parecer, los partidarios de la auditoría deben tener sus razones, tanto más que el propio Sistema de Reserva Federal es constantemente criticado. Desde 1913, cuando se creó el sistema, el dólar ha perdido el 95% de su valor original. También, no son irrelevantes las acusaciones de los últimos jefes de la Reserva Federal, Alan Greenspan y Ben S. Bernanke, inculpados de haber provocado la reciente crisis financiera. Su presencia en las reuniones de Bildelberg hace la situación aún más curiosa. ¿Podría esto explicar el consentimiento tácito, que prevalece por entre el establishment estadounidense? 

Ciertamente, la revelación de informaciones de este tipo por una persona influyente y bien conocida podría autenticarlas y dar lugar a un escándalo mundial. ¿Qué pasaría si alguna información de este calibre fuera presentada por, por ejemplo, el director gerente del Fondo Monetario Internacional? Es probable que los mercados reaccionen con pánico, porque de repente parece que “el rey está desnudo”. ¿Resultaría útil encarcelarlo e inculparlo de, por ejemplo, violación? 

Como revelan las "filtraciones" de los servicios especiales rusos (FSB), el jefe del FMI, Dominique Strauss-Kahn, se encontraba en posesión de un informe de la CIA, que mostraraba que las reservas ubicadas en el Fort Knox no tenían ningún valor. Tras la recepción de estas noticias sensacionales, Strauss-Kahn trató de ir a Francia, pero fue arrestado antes de salir de los Estados Unidos. Hay indicios de que esa "filtración" puede ser fidedigno. Por un lado, Rusia está interesada en revelar el estado real de las reservas estadounidenses, por otra parte, las autoridades de este país realizaron entonces una serie de movimientos destinados a asegurar la economía rusa contra una posible caída fuerte del dólar. Para añadir lo picante a todo el asunto, el primer ministro Putin ha dicho que "Dominique Strauss-Kahn fue víctima de una conspiración norteamericana que trató de privarle de su puesto." 

Sin embargo, la desaparición del oro de Fort Knox es un misterio cuya solución puede ser sorprendente para todos.

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