¡Qué temor pensar en el fin del mundo el año que viene! Pero ¿es realmente la única cosa que nos debe amenazar? La humanidad se ha prejudicado a si misma, habiendo desarrollado la energía atómica. Sinceramente, yo no soy un contricante acérrimo, pero algo anda mal aquí. Parece cada vez más que estamos todos sentados sobre un barril de pólvora, jugando con una granada. Por cierto, es bueno que la situación en Polonia es todavía un poco mejor que en otras partes, porque con nuestro enfoque de la fiabilidad del trabajo y la tasa de cambio de las tendencias políticas, sin duda nos buscaríamos un disgusto.
Vamos a volver al tema de las plantas de energía, acerca del cual ya he escrito varias veces en este blog. El caso más famoso es ahora el de la planta de energía en Fukushima, sobre el cual no se nos presenta muchos hechos concretos. En primer lugar, pusieron información que era una gran amenaza y de repente la atmósfera cambió y se nos aseguraba que sí, había todavía una fuga, pero no pasó nada en general. Luego, empiezan de nuevo amenazando con las consecuencias de la catástrofe. ¿Y ahora? Silencio.
Mientras tanto, aparece la cuestión de las plantas alemanas, las que de repente, casi de un día para otro, el gobierno decidió a cerrar. ¡Qué casualidad! Alemania pronto descubrió que el átomo no era una buena idea y pasó a resolver sus problemas de energía confiando en el sol y aprovechándose de los beneficios de la energía solar.
Ahora tenemos otra historia con el átomo en el fondo. Fort Calhoun, una planta de energía nuclear cerca de Omaha, Nebraska (EE.UU.), desde unos pocos días queda rodeado por el agua del río derramado. Según informes oficiales, no hay peligro de que el agua alcanzara la planta, pero las “fuentes de información alternativas” no están de acuerdo.
El hecho de que solamente un pequeño número de informes sobre las plantas de energía aparece en los medios de comunicación despierta recelos. Considerando el nivel del riesgo, debería haber bandas numerosas de los periodistas hambrientos de sensaciones, y las principales estaciones narrar con una tensión excesiva los infrmes de la zona inundada. Pero eso no acontece. En vez de eso, hay silencio. ¿Por qué? Si alguien no cree, por favor consulte las páginas de los sitios principales de información - no encontraraís mucho allá.
Al mismo tiempo, Obama presenta la llamada "no fly zone", es decir, la zona donde no está permitido volar. Una zona similar apareció en Japón hace poco, justo después del tsunami. Por favor, adivinad a que planta me estoy referiendo…
El gobierno y la administración de la planta de energía tienen sus argumentos. En primer lugar, en su página web niegan a la mayoría de los rumores que circulan y pueden ser exagerados (aunque no tienen que ser).
¿Qué es el problema entonces? El peso de los argumentos de ambas partes plantea otro hilo. Ahora, si tenemos en cuenta la persecución radical de las centrales nucleares y el hecho que su seguridad está cuestionada, podemos concluir que el asunto tiene un fondo mucho más profundo. ¿Cuál? Pensemos juntos. ¿Teneís alguna teoría?
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