Al preparar la entrada anterior, sobre el caso de Strauss-Kahn, me di cuenta de que hasta ahora había muy poca discusión acerca del tema de la homogeneidad de la élite mundial del poder. En general, la mayoría de los estudios sobre este tema dice que hay un grupo particular de las personas, por lo general los Iluminados, que trata de dominar el mundo y, a parte de algunos pequeños grupos de personas mal organizados y tal vez unos pocos países rebeldes, no hay oposición ninguna contra ellos. No es verdad. El mejor ejemplo es justamente el caso de la detención de presidente del Fondo Monetario Internacional.
En el texto dedicado al oro americano, escribí que una de las razones de la detención de Dominique Strauss-Kahn fue el descubrimiento que las reservas de Fort Knox y Nueva York están vacías y el oro no existe. Tal vez el político francés, con ganas de lograr un objetivo particular, se decidió a chantajear a los estadounidenses, pero ellos no estaban interesados en ningún tipo de negociaciones y simplemente decidió desacreditarlo.
Como dice Benjamin Fulford, un ex corresponsal de Forbes en Japón, que se ocupa en investigar sociedades secretas asiáticas, Dominique Strauss-Kahn fue arrestado por los estadounidenses, ya que planeaba usar el dinero de la Seguridad Social de EE.UU. con el fin de salvar el euro ahogando. Se supone que la provocación con la criada era sólo un pretexto. A pesar de lo cual es cierto, cada uno de los casos podría desencadenar una grave crisis, no sólo en el mundo financiero, sino también entre los Illuminati.
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