El fugitivo apenas consigue tomar aliento, corriendo en una calle estrecha y fétida. Al final de ella ve una puerta vieja hecha de metal. Empuja con todas sus fuerzas hasta que el candado oxidado se quebra. Se encuentra en un almacén antiguo, donde finalmente se siente seguro. Consiguió perder la persecución y ahora tiene un momento para recuperar el aliento y ordenar pensamientos. Siente picor en el antebrazo izquierdo. Coge un pedazo de vidrio, aprieta los dientes y empieza a cortar la piel. Después de un momento, saca un objeto pequeño con el tamaño de un grano de arroz. Lo tira al suelo y lo pisotea. Al mismo tiempo, a través de las ventanas sucias, le cega el resplandor de los faros. "ELLOS" están entrando en el edificio. Este es el final.
La escena parece ser de las películas o los libros de la ciencia ficción, pero la realidad dió alcanze a la imaginación de los escritores. La verdadera humanidad todavía no consiguió ir a las galaxias distantes, o poblar el fondo de los océanos. Sin embargo, hemos conseguido crear un sistema de comunicación global y, al mismo tiempo, un poderoso sistema de vigilancia y control.
Representantes de los gobiernos o de las grandes empresas, persuaden, sonriendo, que es una bendición implantarse bajo la piel un pequeño chip, que hará siempre posible leer el grupo de sangre, el nivel de azúcar y todos los datos médicos de una persona. Estos chip pueden hacer la vida más fácil también en aspectos más mundanos. Innecesarios serán las llaves de la puerta, las tarjetas de crédito con el PIN, al final, los carnetes de identidad. Todo esto gracias a la RFID (identificación por radiofrecuencia) - Sistema basado en el control sobre el uso de ondas de radio, por medio de las cuales es posible leer y registrar datos.
Beneficio de esta solución, aparentemente inocente, florecerá plenamente el próximo año. Así anuncian su idea los organizadores de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, donde, gracias a la utilización de la tecnología RFID, la entrada al evento será posible de una manera muy simple: a través de las confirmaciones recibidas directamente en móviles. Esto también será solución de pago sin efectivo por los servicios y los productos.
Otro paso, ya tan pequeño, es la introducción en masa de los chip bajo la piel. Se ha tomado intensas investigaciones con el objetivo de llevar a cabo este asunto. Hasta ahora, los chip casi idénticos, aunque mucho menos complejos en su estructura, fueron implantados de forma masiva a los animales. Por supuesto, para una protección razonable. Con un chip es más fácil encontrar una mascota perdida o impedir su robo. Pero la verdad es que solo se utilicen animales para verificar si es posible controlar a las personas y sus comportamientos.
El control cada vez mayor de todas las esferas de la vida de los ciudadanos está avanzando no sólo en Europa o América. Singapur desde hace muchos años se ha presentado como un país en que el crecimiento económico impresionante está acompañado por una fuerte influencia en la sociedad. Singapur fue el primer país del mundo, que introdujo el sistema de monitoreo de perros por medio de los chip implantados bajo la piel. Además, hace varios años, se aprobó la ley que aparentemente no tenía nada que ver con controlar a la gente. Se introdujo un régimen especial de tributación que imponía a los ciudadanos de Singapur un impuesto de 100 dólares por cada 24 horas en el casino iniciadas. Originalmente, el objetivo era no solo mejorar las finanzas del Estado, sino sobre todo prevenir las adicciones a los juegos de azar y evitar el acceso a los casinos por menores de edad. ¿Cómo se resolvió el problema de control de quién y cuánto tiempo permanece en el casino? Simplemente, en Singapur, por muchos años anteriores, se había coleccionado datos con las huellas dactilares de todos los ciudadanos. Para ahorrar tiempo y no crear colas innecesarias en la entrada del casino, hay aparatos especiales que sirven para la identificación de los visitantes. Lo que es más, en las salas de juegos colocaron un gran número de cámaras modernas, que consiguen reconocer automáticamente las formas e identificar rostros.
Más recientemente, sin embargo, el Rubicon ha sido pasado. Se ha utilizado los chip a las personas. A dos empleados de la empresa "Citywatchers" se les han implantado los primeros prototipos que se basaban en la tecnología RFID. La razon oficial fue la seguridad. Gracias a los minicircuitos ya no es necesaria la identificación por medio de una contraseña o huella dactilar, es suficiente aproximarse al escáner.
Esta compañía se ha ocupado durante muchos años en la realización de los contratos para el gobierno para vigilar las calles, y ahora es la primera que aborda cuestiones de las soluciones relacionadas con los chip. La experiencia adquirida, tarde o temprano, dará sus frutos, sobre todo porque existe una demanda clara de las instituciones públicas. ¿No es que el control de las calles se asocia con la creación de una red de enlaces necesarios para controlar los transmisores implantados?
Actuamente, los Estados Unidos han obligado a otros países a cambiar de los pasaportes a otros, biométricos, supuestamente más seguros. ¿Y qué? ¿Hay algún cambio en cuanto al sentimiento de seguridad entre los ciudadanos? ¿Ha disminuido el riesgo de ataques de terroristas? Por el contrario, la atmósfera de miedo es aun más fuerte, atizada ahora por anunciados actos de venganza tras el asesinato de Osama bin Laden. Se trata de un gran amedrentador que permite abrir la puerta para las acciones anterioramente programadas. Paradójicamente, esta panacea no es nada más que una conexión a los dispositivos de monitoreo.
¿Cuáles son los siguientes pasos? Las autoridades alemanas en 2010 introdujeron para sus ciudadanos carnetes de identidad que contienían chip RFID. Ya que las tendencias dependen de los más ricos y de los más grandes, podemos esperar que medidas similares serán introducidas en otros países.
Ya no nos extrañan los minicircuitos en billetes de banco. Gracias a ellos, no sólo es posible ver el volumen de negocios en efectivo, sino es muy fácil seguir sin esfuerzo a un objeto, que tiene un pequeño detective en su cartera. Y lo peor es que incluso la escena inicial no será posible. Los aparatos que se colocan en el cuerpo humano son mucho más difíciles de eliminar y la propia operación producía un dolor enorme.
Un objeto bajo vigilancia será condenado a dejarlo en su cuerpo o a buscar métodos de ocultar el transmisor, que tampoco parece simple. La única esperanza es el hecho de que hoy en día, al menos según las declaraciones oficiales, los chip RFID tienen un rango bastante pequeño y el tiempo de su funcionamiento no excede 10-15 años. No emiten señales suficientemente fuertes para hacer que una persona pudiera ser seguida sin interrupción durante todo el día. Sin embargo, estas declaraciones parecen unas historias para los ingenuos.
Pero incluso si la tecnología no está al mismo ritmo que las aspiraciones de los políticos, siempre se pueden conectar entre sí las tecnologías anterioramente separadas. Aquellos carnetes de identidad alemanes en el futuro serán capaces de conectarse a los móviles, equipados con tecnología similar. Hace más de 4 años, ciertas soluciones extrañamente similares nos ofrecieron los especialistas de Samsung. Aparentemente, en los próximos años, podemos contar con un rápido progreso en el desarrollo de RFID.
Queda muy poco hasta que la implantación de un transmisor de GPS sea un estándar para que nunca nos perdamos. Incluso cuando no lo quisuiéramos. Poco a poco vamos a dejar cada vez más de nuestras libertades en nombre de nos sentir más seguros.
¿Qué nos queda? No mucho, porque los chip de hoy en día siguen siendo muy costosos "juguetes" que, no lo ocultemos, nos ayudan mucho. Sin embargo, como muchos otros inventos, si caen en malas manos, pueden convertirse en el núcleo de una gran tragedia. En algún momento, puede aparecer un viejo dilema: ¿qué es más importante - la libertad o la seguridad? Cuando viene aquel día, pensad en las palabras de Benjamin Franklin que tienen más de 200 años:
“Quienes pueden renunciar a su libertad esencial para obtener una pequeña seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad.”
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