Hace poco escribí que el Sr. Platzeck tuvo una idea brillante de que Polonia debería abandonar sus planes de construcción de una planta de energía nuclear. Debo admitir que es una idea realmente fantástica. Al final, va a ofrecer a nuestros vecinos del oeste una gran cantidad de motivos para los chistes nuevos sobre los polacos que pueden aprovechar de la electricidad por sólo 5 días a la semana pero, de todos modos, pagan facturas mayores de las, que se paga en Alemania. Ríe cuando axilar!
Quería recordar algunas cuestiones, inexplicablemente ignoradas, relacionadas con la energía eléctrica. Pues, hoy en Polonia hay menos plantas hidráulicas que antes de la II Guerra Mundial. Además, su construcción es muy costosa y requiere una pelea con toneladas de papeles y regulaciones, cuyos autores son, sin duda, unos queridos colegas del Sr. Platzeck. Por supuesto, no podemos usar nuestros recursos de carbón, que está prohibido por la Estrategia de Lisboa, cuyo objetivo era transformar la Unión Europea en una de las economías más competitivas del mundo pero, en realidad, ha creado un peticionario de los Estados Unidos y Rusia.
A lo mejor, la declaración del Sr. Platzeck es nada más que una declaración descuidada sobre lo que piensan otros representantes de la clase política alemana, que todavía tratan la Mitteleuropa como si intentaran pacificarla y reconstruir, paso a paso, las colonias alemanas en el este. Por último, es mucho más fácil en silencio y con una sonrisa en la cara dependizar de si mismo a un vecino más débil, que ni siquiera es capaz de igualar, que se le ponen trabas a sus pies. Pues, a todo tirar, sería que el país vecino caye y nosotros, los mas desarrollados, introducimos un sistema integrado, controlado por gerentes "independientes".
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