El día 10 de marzo, en el Vaticano tendrá lugar la presentación oficial del libro del Papa Benedicto XVI. El libro aparece en una atmósfera de sensacionalismo y de imputación de cambiar la interpretación de la historia. Los medios de comunicación italianos acentuan la importancia fundamental de las palabras de Benedicto XVI, interpretadas como la decisión de “disculpar a los Judíos ", acusados de pronunciar la sentencia de muerte de Jesús. No me siento competente para entrar en los meandros del pensamiento de la "Cabeza de la Iglesia", pero ¿por qué las palabras del Papa han evocado tanta tormienta en cuanto a la interpretación política y, por eso, serán leídas por muchos como la supremácia de una modesta manifestación política sobre el canon de pensar actual? ¿Es esto cierto? El Papa, en su libro plantea una pregunta fundamental: "Primero tenemos que preguntar: ¿Quiénes eran los acusadores que insistieron en la emisión de la sentencia de muerte de Jesús?”. Además, el autor parece dar el arma en las manos de sus oponentes cuando escribe: "Jesús no era un agitador político”. Y otras polémicas cada vez mas controvertidas: "En las respuestas del Evangelio hay diferencias sobre las cuales tenemos que pensar. Conforme a Juan, son simplemente "Judíos", pero esta afirmación no se refiere, como podría opinar un lector contemporâneo, a la propia nación de Israel y tampoco tiene inclinaciones racistas”. ¿Hace el Papa una referencia explícita al contexto político que quiere promover? El segundo volumen de sus reflexiones personales, con el subtítulo "A partir de la entrada en Jerusalén hasta la Resurrección", que salió a luz casi cuatro años después del primer libro, es un análisis extenso de los Evangelios, incluyendo un análisis político de aquellos tiempos. De esta manera crea una relación entre aquella época y los tiempos actuales: "Vemos muy claramente las terribles consecuencias de la violencia motivada por la religión. Reino de Dios, reino de la humanidad, no se puede construirlos sobre la violencia. A pesar de todos los intentos de su uso religioso e idealista, la violencia sigue siendo una herramienta favorita del Anticristo y no sirve en beneficio de la humanidad, sino de antihumanidad”. El autor da un mensaje claro a los analistas de la importancia política del Vaticano y su participación en la política mundial. El asunto de la nueva percepción respecto a los Judíos es muy importante en este contexto y será continuamente interpretado. Por ejemplo: Presidente del Congreso Judío Mundial, según lo publicado por Gazeta Wyborcza, refiriéndose a los textos del Papa expresó la opinión de que, a pesar de la declaración conciliar "Nostra Aetate" en 1965 que rechazó la teoría de la responsabilidad de los Judíos por la muerte de Jesús y donde hay un comunicado que "a los Judíos no se debe presentalos como rechazados o maldito por Dios", muchos católicos todavía proclaman este punto de vista. En su opinión, rechazar tales “argumentos falsos en un libro personal, aunque cierto, es probablemente insuficiente." Entonces ¿qué importancia para la interpretación correcta tiene una declaración que claramente opina sobre la afirmación de Lauder?: "Todos los Judíos aprecian altamente que el Papa está absolutamente decidido a desarrollar buenas relaciones entre los cristianos y los Judíos" ¿Es una sobreinterpretación de las intenciones del Papa? ¿Expone sus intenciones políticas en el momento de la crisis del Oriente Medio? ¿Por qué? ¿Hay que interpretar sus palabras de manera tan simple? Una cosa es cierta - la Iglesia desde hace dos mil años ha influenciado las relaciones políticas en todo el mundo aprovechando de todos sus recursos y con tanta intensidad a la cual le permitan sus oponentes.
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